jueves, 28 de abril de 2011

Condones en auge


El preservativo es –quizá- uno de los inventos en anticoncepción más exitosos y populares en el mundo. Por su economía y fácil uso es preferido mayoritariamente. A parte de prevenir el embarazo protege de enfermedades de transmisión sexual, un mal que, por su rápida propagación, provoca gran consternación.

Disponer de una “goma” es lo más sencillo; cuesta desde quince centavos de dólar. En ciertas entidades públicas se reparte sin costo, como parte de campañas de prevención de embarazos no deseados. Ésta, justamente, es una de las pugnas actualmente vividas por la población ecuatoriana.

Es que es sorprendente ver la cantidad de concepciones, inclusive en niñas que no llegan a los 15 años de edad y ya cuentan con dos infantes a su haber. Las cifras cada vez van en aumento; sobre todo en la región Costa. Se evidencia en los sectores urbano-marginales, en donde la pobreza y desinformación predominan.

El uso adecuado del condón, hasta cierto punto, significaría el progreso de una sociedad; con menos casos de SIDA y de embarazos precoces se disminuiría gran parte de los problemas sociales que éstos desencadenarían, como: miseria, migración, mendicidad, niños desprotegidos, delincuencia, etc.

El VIH o SIDA afecta tajantemente a un pueblo y por ello es necesaria la difusión y proliferación del adecuado uso del preservativo. Simplemente sería ilógico decir a las personas que no tengan sexo, cuando así el hombre ha conservado la especie durante milenios. Utilizar el condón no es “cosa del otro mundo”, aunque ciertas religiones se oponen es algo prudente; porque si nos remontamos a recientes generaciones anteriores, diferenciamos que parejas tenían hasta 12 hijos o más.

En los presentes días el Gobierno Nacional emite, a través del Ministerio de Salud Pública, la repartición de condones gratuitamente para adolescentes de todo el país. Es una forma de intentar frenar los embarazos no planificados, pero si no hay consigo una estricta campaña de concienciación no se obtendrá ningún resultado benevolente.

Si a los jóvenes se les da el preservativo no ha de ser para que lo guarden, sino que se incita a las relaciones sexuales -algo que es inevitable-, mas esta cruzada es con el fin de que sepan cómo cuidarse.

Los principios éticos de respeto, que la mujer debe liderar en un noviazgo, son prácticamente un mito. Pocas son las niñas que cumplen ello y pocos, también, son los padres que asumen a cabalidad esa tarea. De esta forma, vemos que tampoco ellos están bien capacitados para educar a sus hijos.

El condón tendrá éxito cuando las campañas preventivas, los padres de familia, instituciones educativas y los muchachos estén enrumbados hacia el mismo objetivo: fomentar el uso del preservativo con responsabilidad; porque, primero que nada, deben impulsarse los valores para tener una sociedad con menos adolescentes padres y con menos casos de VIH.